La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) celebrada en Lisboa ha dejado una marca imborrable en los corazones de los participantes, dejando una huella profunda que seguramente influirá en el rumbo de numerosos jóvenes que retornaron a sus hogares llenos de entusiasmo y determinación.
El espíritu de Lisboa 2023 continuará resonando en los corazones de los participantes como un faro de esperanza, recordándoles que llevan consigo una misión única en el mundo: la misión de transformar la realidad que les rodea mediante su amor y servicio. En los momentos en que más necesitamos a Dios en nuestras vidas y en el mundo, Su presencia se manifiesta de maneras diversas, incluso misteriosas.
No solo es un encuentro entre jóvenes de todo el mundo y el Papa Francisco; es también un recordatorio de la caricia de Dios a los jóvenes y a la humanidad en momentos en que los desafíos parecen abrumadores. El lema elegido por el Papa Francisco para la JMJ 2023, ‘‘María se levantó y partió sin demora‘‘ (Lc 1,39), invita a una profunda reflexión sobre la actitud de María, Madre de Dios.
Ni los problemas, ni los escándalos, ni las controversias pueden debilitar una Iglesia que está guiada e inspirada por Dios, un Dios que llama, perdona y renueva a todos. Esta verdad fundamental es la perla preciosa de la existencia, brindando a todos la certeza de que Dios está cerca, esperando un pequeño gesto de apertura en nuestros corazones para inundar nuestras vidas de maravillas. La universalidad de la Iglesia y el mensaje de misericordia del Papa Francisco pueden ser difíciles de aceptar para algunos, pero es el momento de mirar al ejemplo de Jesús de Nazaret, quien acogía a los más necesitados y pecadores. El Papa nos recuerda que el llamado es personal y que Dios nos invita a abrazar una vida nueva, un encuentro profundo y personal con Él que nutra la esperanza en un futuro mejor.
Dios sigue llamando a las personas para que sus vidas tengan significado, siguiendo los pasos de Jesús y de su Madre, la Virgen María, quien siempre puso a Dios por encima de todo y lo sirvió con total entrega. Los jóvenes como él nos recuerdan que el centro de nuestros pensamientos, palabras y acciones debe ser Dios. A través de su entusiasmo y testimonio, los jóvenes en Lisboa nos animan a decir ‘‘sí‘‘ al igual que la Virgen María, para que todo valga la pena. La Jornada nos recuerda que todos somos peregrinos en este mundo, y como afirmó el Papa, ser peregrino es buscar y arriesgar, dejando atrás el miedo y avanzando con sueños.
En resumen, la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa ha dejado una profunda huella en los corazones de los jóvenes participantes, guiándolos hacia un futuro de fe, esperanza y servicio. Este evento no solo celebra la alegría de la fe y la comunión con Jesucristo, sino que también refuerza la importancia de vivir de acuerdo con la voluntad de Dios y de abrazar a todos con amor y misericordia. La JMJ es un recordatorio poderoso de que la Iglesia está viva y activa, y que los jóvenes desempeñan un papel fundamental en llevar el mensaje de esperanza y cercanía de Dios al mundo.
Para ANUNCIAR Informa (AI)
Desde España
Alfredo Musante
-Este artículo está publicado en el boletín digital, número 46 que corresponde al mes de Septiembre de 2023.