Esta columna evoca hoy –transitando ya más de dos décadas del siglo XXI– algo que medio siglo atrás en el tiempo era habitual, común y usual: transitar en automóvil las rutas argentinas en las décadas de los años ‘60 y ‘70 del siglo pasado y especialmente en tiempos estivales, implicaba necesariamente la conjugación de tres factores fundamentales para que el viaje resultara tal, a saber:
Ventanillas abiertas por el calor del verano, con el consecuente “ruido a ruta” y viento que ingresaba por ellas durante la totalidad del viaje (los autos NO venían “de fábrica” por aquel entonces provistos de aire acondicionado, ni tenían las comodidades ni ofrecían el confort propio de los adelantos tecnológicos de los que hoy sí disponen y ofrecen);
La radio encendida durante todo el viaje, y –por efecto del ruido propio del andar sobre ruta, de los demás vehículos y del viento– a máximo volumen para que pudieran escuchar quienes viajaban detrás (la opción de enviar el sonido a los asientos traseros tampoco existía);
Si el viaje transcurría en día sábado o domingo (días en los que se disputaban los torneos oficiales del fútbol argentino) se escuchaban las transmisiones y relatos de los partidos.
Casi como factores que componen una ecuación matemática, es muy probable que lo que a continuación voy a narrar con precisión casi científica les haya también ocurrido en más de una oportunidad a muchos de los entonces niños y hoy semi adultos cuasi mayores de mis contemporáneos. Y cuando digo a muchos, quiero decir… a miles. La ecuación imaginaria podría graficarse o expresarse de la siguiente forma:
Si A, es un partido de fútbol argentino; que se transmite por B, una radio bien futbolera de nuestro país; siempre y cuando C, (usted se encontraba viajando en ruta en un auto escuchando la transmisión de ése partido) le haya permitido gritar un gol de su equipo favorito dentro del auto en el que viajaba; entonces D, (ocurriría que los cronistas y fotógrafos de la por entonces más prestigiosa, señera, con la mayor y mejor información profesional sobre todas las actividades deportivas del país y del mundo y más vendida del mercado, la REVISTA EL GRÁFICO);
NOTA: tapa de la Revista El Gráfico a título informativo e ilustrativo. La Revista El Gráfico, exitosísimo producto de la EDITORIAL ATLÁNTIDA de ARGENTINA, cuya circulación y ventas llegó a diversos países de América y del mundo, hoy ya no se edita en forma impresa, pero continúa su publicación de manera on line https://www.elgrafico.com.ar/
El Gráfico SIN DUDA presente en el partido del que Ud. Había disfrutado “a viva voz” del relator y comentaristas durante su viaje, estaría retratado suficientemente y explicado con la mayor precisión y rigor periodístico en las páginas del número correspondiente, que por entonces salía a la venta los días MARTES de cada semana, dado que la editorial tomaba el día LUNES para procesar todas las crónicas, resultados y contingencias de todos y cada uno de los partidos de fútbol disputados en el día domingo, aprovechando la editorial los restantes días de la semana para actualizar todas las novedades de los demás deportes que no requerían de la urgencia de la actualización de la secuencia DOMINGO + RELATO + CRÓNICA + PUBLICACIÓN de la revista.
El caso: un domingo por la tarde (más bien tardecita), doblando la curva de LA MARTONA en la localidad bonaerense de CARLOS CASARES próxima a la ciudad de Buenos Aires, el club de mis amores le ganaba “el clásico” a su histórico rival con varios goles de diferencia que me ocupé de gritar con todas mis fuerzas para que el mundo de mi imaginación me hiciera creer que por fuera de la ventanilla del auto, en medio del calor del verano y de los ruidos propios de la ruta, toda la gente podría también enterarse a través de mi grito de gol del triunfo de mi equipo.
Probablemente, como suele ocurrir en la mente de los más pequeños, no siempre lo deseado se haya hecho realidad… y nadie seguramente habrá escuchado ningún de mis sucesivos gritos de gol.
Lo que sí es seguro, es que todos “Si” habrán escuchado por radio aquel mismo partido que yo escuchaba, y –más o menos alegres según su preferencia futbolística– también habrán festejado, o callado.
Pero sin duda, todos nos encontraríamos el siguiente “martes, en el quiosco de la esquina” comprando la REVISTA EL GRÁFICO para “revivir” la emoción de la vida real, hecha radio y pasión.
Hasta nuestra próxima proyección radial.
Para ANUNCIAR Informa (AI)
Desde Argentina
Julio Roberto Montaron
Este artículo esta publicado en el boletín digital, número 42, que corresponde al mes de Mayo de 2023.