La coincidencia del año 1837 que hemos elegido para abordar nuestra columna referida entre la fecha del nacimiento del telégrafo con la llegada a tierras “orientales” (República Oriental del Uruguay) en aquel mismo año 37 de toda una generación de jóvenes intelectuales, políticos y pensadores argentinos que obligados o por exilio autoimpuesto –con riesgo de vida– viene a renovarse siglo y medio después, durante los primeros gobiernos de Juan D. Perón en la Argentina (1945 – 1955), igualmente intolerante, totalitario y perseguidor de opositores y pensadores en contrario a su ideología y prácticas fascista. Claro que con –ahora sí, a mediados del siglo XX, ya existía la radio– el gran medio de comunicación masiva e inmediata por aquel entonces.
En la Argentina de Juan Domingo Perón, cooptadas todas las emisoras radiales que no adscribieran a la ideología peronista totalitaria, fascista imperante, resultaba prácticamente imposible informarse fehacientemente sobre los hechos de la realidad política del país a través de las radios argentinas: como enseña el “manual del perfecto fascista dialéctico totalitario” (Perón lo cumplía al pie de la letra), toda expresión libre de opinión en contrario a las políticas de gobierno y de estado– resultan motivo de acusaciones múltiples (traición a la patria, “vende patrias” etc…) y por lo tanto perseguidas, censuradas, amedrentadas, clausuradas y hasta confiscadas.
Así fue que en las décadas de los años 1945 a 1955, si un argentino quería enterarse de las noticias del mundo y de la Argentina con objetividad, prefería sintonizar las emisoras del URUGUAY que –por la potencia de sus antenas– llegaban con sus ondas radiales a “este lado” del Río de la Plata. Además, como en tantos otros momentos de la historia política argentina, hacia la otra orilla partieron (otra vez, como en 1837…) cantidades de artistas, conductores y locutores radiales, productores y empresarios del medio para poder continuar sus carreras allende su Argentina natal, imposibilitados de hacerlo en nuestro país por las persecuciones del régimen.
En las primeras semanas de noviembre pasado viajé a Montevideo a visitar una de las emisoras más tradicionales y señeras de la radiofonía uruguaya: RADIO ORIENTAL, con la que RADIOSAG tiene convenio de intercambio de contenidos. No fui solamente de visita. Fui también a tramitar mi CIUDADANÍA URUGUAYA como nieto de abuela uruguaya que soy, en la pronta perspectiva de tener que emigrar –seguramente- como tantísimos argentinos lo están haciendo de nuestra patria que tanto duele, desde la feroz crisis económico financiera y social de 2001 a esta parte de consolidarse la actual revolución política KIRCHNERISTA PERONISTA.
Confieso que jamás pensé que me llegaría tal hora. Pero llegó finalmente. Ver tu país desde la otra orilla sabiendo que al otro lado gobiernan “LOS FERNANDEZ” duele, y duele mucho. Saber que nada va a cambiar. Que todo irá para peor… pero que la vida debe continuar a pesar de ellos y de sus innumerables fechorías entristece y siembra de penumbras el alma. Hoy existe internet, las radios son digitales, las comunicaciones son satelitales, y los progresos tecnológicos son extraordinarios en todos los ámbitos, pero muy especialmente en materia de telecomunicaciones.
Sin embargo –tristemente– lo que sigue siendo exactamente igual (y tal vez peor) es la mentalidad de odio, desprecio por la verdad, cinismo, mentira, persecución y atropello institucional para derrumbar el estado de derecho e implantar un estalinismo berreta “a la venezolana” pero con un toque nacional y popular camporista, centrado en el endiosamiento de una psicópata esquizofrénica que controla el poder desde hace veinte años en la Argentina, llamada CFK: corrupta, ladrona, patotera, vulgar, procaz, intimidante, que baila en los actos políticos con una supuesta sensualidad desaguisada y grotesca, malhablada y asesina de fiscales que busca “llevarse puesta la REPÚBLICA” y que –por si todo esto resultase poco- lo hace además con la BENDICIÓN PAPAL.
No aspiro a alcanzar la talla intelectual de los exiliados del “37”, aunque sí estoy dispuesto a jugarme la vida por la verdad que debe ser conocida, porque es lo que nos hace libres. Será que mi destino, una vez más, será otra vez “¿el otro lado de la Banda Oriental?” Lo cierto es que el micrófono y la libre opinión son un potente antídoto contra la cruda brutalidad mental del peronismo.
Hasta nuestra próxima proyección radial.
Para ANUNCIAR Informa (AI)
Desde Argentina
Julio Roberto Montaron
Este artículo esta publicado en el boletín digital, número 40, que corresponde al mes de Marzo de 2023.