A veces pienso que hay personas que parten antes de tiempo, y nos dejan espacios vacíos en nuestro entorno, y sobre todo en el corazón. No voy a ponerme sentimental (espero poder contenerme) porque en Juan Carlos descubrí un tipo genial, lamento no haber podido disfrutar muchas más cosas con él. Recuerdo mi primer café a solas en un barcito cerca de la editorial San Pablo en la calle Riobamba de la Ciudad de Buenos Aires; entre risas y charla surgió como un especie de confesionario, donde ambos nos contamos cosas que teníamos dentro y cada uno presto su oído al otro, eso fue algo muy reconfortante, poder estar con alguien que al escucharte, te entiende y termina diciéndote la palabra que menos esperas.
Cuando ocurrió su partida a la Casa del Padre, recuerdo que me llamó su amigo y eterno colaborador de toda la vida, que años después partiría a asistirle en la eternidad, Alfredo Repetto, y en esa triste noche que me comunicó vía celular la noticia, sentí que se me había ido una parte de mi historia… ¿Será porque cuando aprecio y quiero mucho a una persona que tiene afinidad conmigo, soy egoísta y la hago mía? Fue entonces cuando tuve que bajarme del tren donde viajaba y quedarme en la estación, en silencio, llorando, sin poder gesticular palabras, Alfredo que aún estaba en el celular escuchándome, cortó.
En mi historia he visto partir a amigos muy queridos por mí, y cuesta mucho superar una pérdida así, como bien lo entonaba Alberto Cortez en esa bella canción… “Cuando un amigo se va queda un espacio vacío…” Y sí, es verdad, son vacíos que no se pueden llenar con nada… Pero sí, podemos llenarlo de hermosos recuerdos, como descubrir años después cuando Inés, su esposa, me regaló unos ejemplares que escribió Juan Carlos, de su obra en un acto: “Una Azucena para Verónica”, y al ver mi nombre en los agradecimientos pude percibir que él era así, siempre agradeciendo a todo aquel que se sumara a su tarea pastoral y proclamar al Señor de la Vida y de la Historia.
Podría contarles muchas cosas, que quizás les interese o no… pero te das cuenta cuando una persona es grande, cuando se hace chiquita, cuando sabe dar un paso al costado para darte el lugar y depositar en vos su confianza, que lo que vayas a hacer va a estar bien y que podes contar con todo su apoyo.
Tuve la dicha y el privilegio de que prestara su voz y su talento para el personaje más icónico de mi obra radiofónica:“El viaje que cambió al mundo”, dando vida a Cristóbal Colón. Los consejos, la palmada en la espalda, que se te fueran los miedos ante este nuevo camino, que según su experiencia, quien escribe estas líneas , ya estaba listo para escribir el guión de una obra, creo que no hay dinero en el mundo que pueda pagar eso.
Nuestra obra inconclusa que le propuse antes del radioteatro de Colón, su entusiasmo, sus ganas, sus ideas brillantes, me sirvieron para el borrador de “El Confesionario del Tiempo”, esas locas ideas que tenemos con otro brillante amigo, compañero, comunicador, creativo, compadre y hermano de la vida, Carlos Guzmán. Al ver los textos y la idea base, Juan Carlos no dudó en darme su opinión y dejar muchísimas sugerencias para el guión… pero mi inseguridad, mis temores por no satisfacer a quien considero mi maestro en el hermoso arte de comunicar hizo que quedará relegada y guardada en un cajón, siendo opacada por los cuatro viajes de Colón.
Puedo decir con muchísimo orgullo que el programa que realizo hace más de 30 años, con mi compañero en el éter Carlos Guzmán, que tuvimos a Juan Carlos Pisano, junto a otro amigo y comunicador que admiro muchísimo, Tito Garabal, y fueron los conductores de la emisión 500 de nuestro ciclo radial, siendo la primera y única vez que ambos estuvieron conduciendo un programa juntos en la Argentina, hecho que no volvió a repetirse nunca más…
Antes de terminar, a vos que llegaste hasta acá leyendo esto, quise que supieras que aunque a veces parece que nadie te escucha o te presta atención y decís que solo estoy, te aseguro que Dios siempre tiene a la persona adecuada para llenar ese espacio de tu historia que involucre aprender y crecer: Eso fue Juan Carlos Pisano para mí, un profesional, un amigo, un comunicador, un hermano.
Para conocer más la labor de Juan Carlos Pisano | anunciarcontenidos.com.ar/elmagodelafe/
Para ANUNCIAR Informa (AI)
Desde España
Alfredo Musante
Este artículo esta publicado en el boletín digital, número 34, que corresponde al mes de Septiembre de 2022.