Queridos lectores: Hoy estamos festejando una fecha que pasó hace muy poquito, y que tiene relación con lo que en ANUNCIAR Contenidos Latinoamérica amamos tanto. El 27 de Agosto de 2020 se conmemoró el centenario de la realización de la primera radiodifusión en nuestro país. Este hecho da comienzo a lo que hoy conocemos como: La radio.
Es muy curiosa -y hasta divertida- la historia. Los radioaficionados y estudiantes de medicina (excepto uno que ya era médico) fueron bautizados como los “locos de la azotea”. Estos cuatro jóvenes -Enrique Susini, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica- obnubilados por el genial invento del italiano Guillermo Marconi, su famoso “telégrafo sin hilos”, además de su amor por la música y el teatro fue el norte que estos muchachos siguieron durante 10 años hasta poner la obra “Parsifal” de Wagner en el éter. Ellos, siguiendo sus estudios en los efectos eléctricos en medicina y su amor por las válvulas y el micrófono idearon un artilugio conectando una bocina para sordos a un micrófono y junto a un transmisor de 5 vatios subieron al techo del teatro Coliseo y comenzaron la transmisión.
Cuentan por ahí que las primeras palabras que navegaron el éter argentino fueron pronunciadas por Enrique Susini y rezaban lo siguiente: “Señoras y señores, la Sociedad Radio Argentina les presenta hoy el Festival Sacro de Richard Wagner: “Parsifal”, con la actuación del tenor Maestri, el barítono Aldo Rossi Morelli y la soprano argentina Sara César, todos con la orquesta del teatro Costanzi de Roma, dirigida por el maestro Félix Von Weingarten”. Al día siguiente hicieron lo suyo nuevamente, pero esta vez transmitieron las óperas Aída y Parsifal nuevamente, a la noche, Iris. Esto marcó definitivamente el inicio de la radiodifusión y de la primera licencia nacional con LOR, Radio Argentina.
Los “locos de la azotea“ vendieron luego Radio Argentina y luego de varias idas y venidas, crearon los estudios Lúminton, uno de los primeros del cine argentino pero eso -como dice “El Pelado Investiga”– es otra historia…
Y brevemente, para finalizar esta humilde y desprolija editorial, quiero contarles lo que es para mí la radio: Puedo comparar su magia -salvando las distancias- con un libro. En el caso de la radio es aquello que te permite volar con tu imaginación, sentir, crear un mundo de acuerdo a lo que estamos escuchando con la calidez de la voz que está del otro lado, es la eterna y agradable compañía de quien está solo y de quien no lo está. Es lo que te acompaña con los mates de la mañana, en el viaje a tu trabajo, antes de dormir. Alguien que te susurra siempre y te reconforta muchas veces con sus palabras.
¿Sabés? Hay un dicho popular que dice que los Ángeles se comunican con nosotros de maneras muy sutiles, hay que estar atento y escucharlos. Les cuento un secreto sobre esto: Muchas veces lo hacen a través del locutor de la radio, tal vez sea una frase, una palabra. Si estás atento te vas a dar cuenta. Bueno, eso es para mí la radio.
No quiero cerrar esta columna sin nombrar a mi querido amigo y colega, el director de nuestra productora multimedia, Alfredo Musante que fue quien me mostró en su estado más puro la magia de la radio.
Ignacio Bucsinszky