Hace dos décadas, Mel Gibson dirigió y protagonizó una gran película que ganó cinco premios Oscar, incluyendo Mejor Película y Mejor Director, mientras arrasaba en las taquillas mundiales. La historia se centra en William Wallace, un héroe escocés del siglo XIV que regresa a su tierra para luchar por la libertad y el honor.
El rodaje de esta cinta de 1995 estuvo lleno de anécdotas y guiños históricos. El guionista Randall Wallace descubrió la historia de William Wallace durante unas vacaciones en Edimburgo, inspirándose para escribir el guión antes de sumergirse en la investigación histórica.
Mel Gibson, además de dirigir, insistió en comenzar la película sin créditos iniciales, aunque finalmente incluyó una secuencia creada por Kyle Cooper. Inspirado por clásicos como “El Cid” y “Espartaco”, Gibson filmó primero las escenas iniciales de batalla.
“Braveheart” era el apodo del rey Roberto I de Escocia, no de William Wallace. Para las escenas de batalla, Gibson se inspiró en las películas originales de “Mad Max” y técnicas vistas en otras producciones.
A pesar de la reticencia inicial de Paramount Pictures debido a la inexperiencia de Gibson como director, el proyecto cobró vida con él como protagonista. Incluso su hermano, Donal Gibson, interpretó a uno de los clanes que se une a Wallace en su lucha.
El joven James Robinson, elegido para interpretar a la versión joven de Wallace, fue descubierto por Gibson en un casting en Glasgow. En audiciones poco convencionales, Gibson prefirió charlar con los actores en lugar de hacerles leer líneas.
El famoso discurso sobre la libertad de Wallace se inspiró en el discurso de Enrique V de Shakespeare. La cruz de San Andrés fue inicialmente considerada para el maquillaje de Gibson, pero se optó por el diseño icónico que contribuyó al premio de “Mejor Maquillaje en los Oscar”.
La película enfrentó críticas en Escocia por su retrato de Roberto I, considerado un héroe nacional junto a Wallace. La legendaria batalla de Stirling tomó seis semanas para filmarse, acumulando más de 90 horas de metraje.
El nombre de la esposa de Wallace, Marian, se cambió a Murron en la película para evitar confusiones con el personaje de Robin Hood. Sean Connery rechazó el papel del Rey Eduardo I, que finalmente interpretó Patrick McGoohan.
Con su mezcla de historia y drama, “Braveheart” se ha convertido en un ícono cinematográfico que continúa inspirando y emocionando a las audiencias hasta hoy.
Para ANUNCIAR Informa (AI)
Desde España
Jorge José López
-Este artículo está publicado en el boletín digital, número 56, que corresponde al mes de Julio de 2024.