Un fuerte abrazo mi querida familia de esta revista. Hemos llegado al mes de diciembre. Un mes por muchos esperado, pero más por los que vivimos la fe católica, pues es la fecha donde celebramos el nacimiento de Jesús, Dios que se hace hombre, que toma la esencia del ser humano y se hace igual a nosotros en todo menos en el pecado. Como diría el querido Papa Francisco “¡es un escándalo, que Dios se haya hecho hombre, es un escándalo!” Pero lo hizo para enseñarnos el camino, Vino a dar el ejemplo, pero en hace 2000 años no lo escucharon y hoy 2000 años después seguimos sin escucharlo.
Aquel niño que nació en las más humildes condiciones, es lo más grande que ha pisado la tierra. Sufrió persecución, fue emigrante, fue acusado aún sin culpa, su mayor pecado fue enseñar al hombre cómo se debía de amar, de perdonar, de ver al Padre Dios en cada hermano y buscar siempre la paz entre los hombres de buena voluntad. Siendo Dios, se sujetó a las enseñanzas de sus padres san José y la Virgen María. Fue obediente a ellos, aprendió un oficio, trabajó, hijo ejemplar. Ese día la luz de la esperanza y la renovación de la fe llegaron a la humanidad.
Esta navidad 2023, recordemos de corazón cómo fue aquella primera navidad. El pesebre era un lugar sucio, indigno para cualquier ser humano. Era un establo para animales. Ninguna persona lo habría usado para un nacimiento, pero Dios lo quiso así. Era un lugar que estoy seguro olía mal y se veía mal, pero ese lugar indigno se convirtió en el pesebre más famoso de la historia y todo porque fue escogido para que en el naciera el hijo de Dios. A aquel pesebre llegaron pastores cercanos y reyes magos de tierras lejanas. Ese pesebre fue visitado por personajes importantes, tuvo el incienso reservado para dioses, el rico aroma de la mirra y pudo ver el brillo del oro.
Fue iluminado por una estrella radiante que llenó de luz todo el lugar, que era oscuro y frío y todo por haber abierto las puertas al Hijo de Dios, por ofrecer lo que tenía ni más ni menos, como dicen por ahí “es lo que hay” pero eso se ofrece de corazón. Si Dios quiso estar en ese lugar sucio, oscuro y frío, ‘¿No crees que quiera estar en tu corazón también? ¿Acaso tu corazón está peor de indigno que aquel humilde pesebre? No lo creo. Déjate iluminar por la luz de la alegría de Dios, déjate llenar del aroma de la mirra del perdón que es bálsamo para nuestros pecados, déjate llenar de oro invaluable por saberte hijo de Dios.
Que, en este adviento, nos hagamos el compromiso real de limpiar el pesebre de nuestro corazón para tenerlo limpio y digno para que Dios nazca en nuestro corazón. Esta no será una navidad más, será LA NAVIDAD. Feliz navidad mí querida familia. Dios siempre bueno nazca en cada corazón, en cada hogar y nos llenemos de esa alegría que sólo Él puede dar.
Para ANUNCIAR Informa (AI)
Desde México
José Luis Hernández
-Este artículo está publicado en el boletín digital, número 49, que corresponde al mes de Diciembre de 2023.