Saludos queridos amigos. El 24 de junio del presente año (2022), se vivió en Estados Unidos de América una votación especial, podríamos decir histórica, sobre la eliminación del derecho al aborto en Estados Unidos. La noticia ha corrido rápido. Unos medios ponían “Se respeta la vida”; “Ha ganado la vida”, mientras que otros “Hemos retrocedido 50 años en la historia”. Uno de los jueces que votó en contra a esta ley fue amenazado días antes en su casa con pistola y cuchillo y hoy todos los jueces piden protección policial para ellos y sus familias por haber votado, por haber hecho su trabajo apegados a la ley.
Qué curioso que personas de movimientos que se autodefinen como progresistas y de inclusión, que han luchado para que “todos sean respetados”, lo hagan sólo si piensan igual que ellos. Entonces, ¿dónde está la inclusión y la diversidad por la que levantan la voz? Diversidad es sinónimo de mentes diferentes, gustos diferentes, creencias diferentes, pero donde todos seamos respetados, aunque no pensemos igual. Este tipo de acciones lejos de unir a la humildad, nos divide cada vez más. Los que somos creyentes, se supone creemos en las enseñanzas de Jesús, que no excluyó a nadie y que rechazó siempre al pecado, pero abrazó siempre al pecador. Sus palabras “mujer, ¿dónde están los que te condenan? (…) Yo tampoco te condeno, anda y no peques más”.
La Iglesia no es la enemiga como la han querido hacer ver, ha luchado por los derechos de los trabajadores, de los niños, de las mujeres, de los ancianos, de los pobres, de los enfermos, de los grupos más marginados y vulnerables, de los que nadie se ocupa, pero eso sí, siempre ha sido defensora de la vida, y cómo no serlo, si la vida es un regalo de Dios. El día en que todos aceptemos que por pensar diferente no somos enemigos, en que logremos ver más allá de nuestra limitada capacidad humana, de nuestro egoísmo, que no recurramos a la ofensa, a la amenaza, al querer matar a los que piensan diferente, ese día habremos triunfado como humanidad. Dejemos que nuestros niños crezcan libres de ideologías, ellos no tienen culpa de los traumas que como adultos tenemos. Si nosotros tuvimos ese derecho a una infancia feliz y sencilla, y la disfrutamos tal cual, ¿por qué quitarles ese derecho a nuestros niños? Ya les llegará el momento adecuado para ocuparse de problemas o situaciones aptas a su edad.
Dicen que las coincidencias no existen, y así lo creo yo. No fue casualidad que el día de tan importante votación, fuera el día en que se celebró el Sagrado Corazón de Jesús. ¿Será que el mismo Jesús, en lo más profundo de su Sagrado Corazón, nos quiso dar este mensaje nuevamente, así como lo hizo hace casi dos mil años?: “dejen que los niños se acerquen a mi”. Celebremos la vida, respetemos la vida, amemos la vida, no es perfecta, pero si a vos te dieron la oportunidad de vivir, ¿Por qué no darles esa misma oportunidad a los demás? Nunca se sabe que podrá llegar a ser ese niño que está en el vientre de su madre.
Nunca dejen de soñar.
Para ANUNCIAR Informa (AI)
Desde México
José Luis Hernández
-Este artículo esta publicado en el boletín digital, número 32, que corresponde al mes de Julio de 2022.