Si nos remontamos a 64 años atrás (allá por el año 1956) veremos cómo la semilla de la televisión abierta católica actual estaba germinando… Un grupo de personas liderado por el jesuita Padre Héctor Grandinetti con el mandato de su Padre Superior había iniciado algo que parecía imposible: dedicarse a una nueva evangelización a través de la TV Abierta en Buenos Aires.
Así nació DICON S.A. que fue adjudicada el 28 de abril de 1958 para ser titular de una licencia correspondiente a LS84 TV CANAL 11 de Buenos Aires, dando así inicio a la TV privada en la Argentina. Estos antecedentes están relatados en un pequeño libro de apenas 500 ejemplares, escrito después de aquel logro tan significativo, por el mismo Padre Héctor Grandinetti y que fue “encontrado” años atrás, en forma “casual” en una librería de la Editorial San Pablo, cuyo título es: “La otra cara de la televisión argentina”.
(Para aquellos que deseen profundizar más en el tema, se puede ingresar al sitio web www.telemision21.com.ar en la sección “Publicaciones” en la cual se podrá hallar el libro en formato digital, para leer online o descargarlo en su ordenador en formato PDF.)
Los escollos, de todo tipo, tal como lo relata el Padre Grandinetti, fueron enormes pero la constancia y su fuego interior apostólico hicieron posible este logro providencial. Sin embargo, especialmente en este tema de la televisión, vemos que no siempre se lo suele manejar con el sólido conocimiento y la visión necesaria, siendo éste un medio tan importante para la evangelización.
Fue así que se generó un desvío en el camino vislumbrado por su iniciador. Así lo demuestra el Padre Grandinetti cuando él mismo fue desplazado (información que podemos encontrar detalladamente en las páginas 89 y 90 del libro citado anteriormente). Lo suyo implicó una elevada visión respecto a lo que se debía cumplir en lo referente a los MCS de la Iglesia. Justamente, al final de dicha página 90, y como una suerte de “profecía”, el Padre Grandinetti daba a conocer que su emprendimiento evangelizador, a pesar de esos permanentes escollos, era un verdadero desafío hacia el futuro.
Fue un emprendimiento que comenzó como un canal de TV Abierta, para todos, directo y gratuito, sin suscripción alguna, pero con una titularidad de carácter no institucional (SOCIEDAD ANÓNIMA). Más allá de los avatares de este tema, este objetivo no quedó trunco si pensamos que en esta tarea de la radiodifusión del Mensaje la Divina Providencia siguió actuando.
Fue así que ahora se trata de otro desafío: a partir del Decreto del P.E.N. Nro. 1314, del 23 de octubre de 2001, se autoriza en forma permanente e institucional. Por lo tanto, ya no es una licencia para una empresa privada con un lapso de vigencia determinado. En este caso, la instalación de un sistema de TV Abierta en Buenos Aires (LRL456 TV CANAL 21), con la titularidad de una Persona Jurídica de Carácter Público de la Iglesia Católica, significaría como una suerte de “terreno radioeléctrico” (canal 21) sobre el cual se está construyendo un edificio para el futuro.
Mientras tanto, en esta “era digital” de la TV abierta, en transición, la clave sería conservar todo este “terreno radioeléctrico” asignado por dicho Decreto, manteniendo las emisiones con el transmisor y antena propios de ese titular.
Fuente: www.telemision21.com.ar