Mis queridos lectores, hemos cumplido una vuelta más al Sol, ha comenzado un nuevo año y quiero permitirme la licencia de recordar al dios Jano de la mitología romana. Pero, ¿quién era? Era el dios de las puertas, de los comienzos, de las transiciones y de los finales. Estaba representado por dos caras, ambas mirando en sentido contrario.
Una mirada el año que se terminaba y la otra al futuro, al año por comenzar. En este inicio del 2020 me gustaría que cada uno, introspectivamente, pueda hacer un recontó del año que pasó, de esa puerta que el dios romano Jano cerró, y hacer un balance de nuestros logros y nuestros proyectos que aún están sin terminar. Cuando hablo de proyectos no me refiero solamente a cosas materiales sino al proyecto que tenemos como seres humanos.
Cómo nos comportamos con el prójimo, como le extendemos nuestra mano cuando alguien lo necesita, como dejamos una huella en el corazón de alguien ya sea en una relación amorosa o tirándole una soga a quien está en un pozo y no encuentra la manera de salir. Tenemos que dejar una impronta que no pasamos por esta vida desapercibidos. Involucrémonos con nuestro hermano.
Desde ANUNCIAR lo hacemos de la manera que mejor sabemos, desde el arte, la comunicación audiovisual y desde el género del radioteatro. Nuestro querido NAVARRA, de la radionovela DEVORADOR, trascendiendo tiempos y espacios nos enseña y nos muestra siempre la importancia de tener valores y de honrarlos en todo momento, ser cada uno de nosotros un héroe para quien lo necesite. Nos muestra que la única manera es ser íntegro y consecuente con nuestros valores. Todos podemos ser un héroe para quien tenemos al lado, todos podemos ser NAVARRA. ¿Te animas a ponerlo en práctica este año?
Ignacio Bucsinszky