“Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol… un tiempo para llorar y un tiempo para reír… un tiempo para callar y un tiempo para hablar… un tiempo para amar y un tiempo para odiar… un tiempo de guerra y un tiempo de paz…” (1)
“Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol…” me permito mirar 46 años hacia atrás y recordar a ese niño que fui haciendo una promesa –como cuando somos niños, que inocentemente hacemos pero que en cierto modo estamos convencidos en ese momento de la historia que nos toco vivir- para luego volver al presente y observar que esa promesa tiene un nombre: EL ALFA Y OMEGA y que estemos celebrando sus 26 años en el éter de la radio, no es un logro de quienes hacemos este programa, sino de Dios.
“…un tiempo para llorar y un tiempo para reír…” darle vida a este programa, personalmente me ha hecho llorar mucho, mantenerlo me ha costado y me sigue costando, pero también me ha hecho reír, he podido disfrutar de “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo…”
“… un tiempo para callar y un tiempo para hablar…” dentro de estos 26 años hubo tiempos donde debimos callar, pero no porque no podíamos hablar o porque existía algún tipo de censura, sino porque no teníamos el recurso para poder mantener el programa al aire y debimos callar por un corto tiempo… para después volver a hablar, para volver a transmitir con un estilo diferente un mensaje distinto.
“…un tiempo para amar y un tiempo para odiar… un tiempo de guerra y un tiempo de paz…” a los largo de estos 26 años, he aprendido a convivir y además hemos podido crecer –tanto el programa como quienes lo hacemos (Carlos Guzmán y quien escribe)- a sobrellevar tiempos oscuros, de incertidumbre, incomprensiones, donde enfrentamos fuertes batallas, pero no todo es gris, sino que después de eso vinieron tiempos de alegrías, satisfacciones, reconocimientos, apoyos incondicionales…
En días estaremos celebrando el nacimiento de un niño que viene a cambiar nuestras indiferencias, nuestras penas, angustias, a que seamos más solidarios y misericordiosos con el que tenemos al lado, que podamos dialogar, que tengamos la gracia de encontrar en el otro a Jesús. Pero que no perdamos nunca la inocencia de niño, y es ese “niño” que desde un humilde establo nos viene a cambiar el corazón, que por tantas malas decisiones que hemos tomado en nuestra vida, aprendamos a sobrellevarlas y sanar ese corazón herido con amor.
Pedro Martín Sosa, actor, comediante y bandoneonista argentino y autodidacta, que al término de sus funciones siempre destacaba una frase “sólo el amor salvará al mundo”
Alfredo Musante.
(1) Eclesiastés 3, 1-8