Buenos Aires, 17.05.2010, (AI).- Era esperable encontrarse con semejante obra musical si estaba de por medio alguien que hace más de veinte años está trabajando en los medios de comunicación. Hablo de “WOTJYLA, EL MUSICAL” y la mano de HÉCTOR “TITO” GARABAL haciendo una nueva incursión en la producción teatral. Quien les escribe no encuentra las palabras justas para hacer un comentario apropiado debido a no ser un especialista en este arte de las tablas. No obstante, intentaré contar lo experimentado en mi corazón antes que una opinión técnica sobre la obra presentada.
Este musical refleja cómo pudo haber sido el PAPA JUAN PABLO II en su juventud expresándose toda la fuerza, la frescura, la elocuencia y los diferentes carismas que como un crisol brillaban en el espíritu del joven LOLEK. Hay una brillante actuación del joven actor ANDRÉS BAGG dando vida a ese personaje que encarna a un “polaco” pregonando siempre que “con la palabra se podría cambiar el mundo”. Andrés logra encarnar a un WOJTYLA con todos sus carismas y nos lleva de la mano a recorrer los momentos más importantes de la vida del joven KAROL y que fueron forjando su personalidad. En esta maravillosa obra, podemos observar la intachable amistad de WOJTYLA con JUREK KLUGER, de descendencia judía, personaje interpretado por CHACHO GARABAL.
Se destacan momentos de mucha tensión como la ocupación Nazi en Polonia, la decisión de JUREK de querer formar parte de la resistencia, tomando las armas y la figura de LOLEK tratando de convencer a su amigo que solo las palabras y el amor vencerán al odio, cerrando con una promesa de dos los amigos de volver a encontrarse algún día. A lo largo de la obra vamos viendo cómo se va presentando el llamado de Dios en KAROL modelando su vocación al sacerdocio, el nombramiento como obispo auxiliar de Cracovia primero y cardenal después, hasta llegar a su elección como pontífice. Al finalizar la obra tiene lugar el reencuentro de alta emotividad con su amigo JUREK, para cumplir aquella promesa hecha cuando eran jóvenes.
La música original es una excelente y cuidada obra de Ángel Mahler quien hace escuchar al público un verdadero canto a la vida. En tanto, la producción general es de James Murray y las espléndidas coreografías son de Natalia Mezzera. Debo destacar que Marcelo Kotliar y Chacho Garabal, creadores del libro y las letras, no dejaron escapar ningún detalle. Con el gesto superlativo en la escena del saludo entre el flamante JUAN PABLO II y el CARDENAL STEFAN WYSZYNSKI, primado de Polonia.
A modo de síntesis cabe decir que esta obra es un canto a la vida, al amor, a la esperanza, a la amistad y a permanecer firmes en la lucha por encontrar las “claves para un mundo mejor”. Decir que la recomiendo y que no se la pierdan es poco, al punto de advertir que sería un pecado mortal no ir a disfrutar de esta obra maestra que nos devolvió, aunque sea por un ratito a KAROL JÓZEF WOJTYLA… al entrañable JUAN PABLO II.
Alfredo Musante
Para ANUNCIAR Informa (AI)